El término NACO es una palabra
polisémica, compleja, que aún no está bien delimitada, bien definida en torno a sus referentes. Para esta tarea se requerirían
años (décadas) de estudio profundo y de investigación social. Sin embargo, si atendemos al sentir y al pensar de la gente,
podemos señalar avances en lo relativo a la descripción de las actitudes que este prototipo de personas realizan.
Una teoría muy fuerte de la Nacologísis, impuesta recientemente por el padre
de esta ciencia social (suservidor), es: el mundo se divide en dos: los nacos y los no nacos. Usted, ¿a cuáles pertenece?
En la actualidad el amplio tema de los nacos nos preocupa terriblemente,
no sabemos si reírnos, sentir pena ajena, ignorarlos o unirnos a ellos. Quizá estas personas justifiquen sus actitudes porque
no hubo nadie que les brindara una adecuada educación, porque no tienen recursos, porque no pertenecen al jet-set de México...;
en fin, existe una gran cantidad de pretextos que son utilizados para defender su estado. Es preciso aclarar que un naco no
es aquel que carece de dinero, no es un limosnero, no es un indígena. Un naco puede ser un millonario, un artista, su vecino,
sus familiares... Usted puede ser un naco.
Lo grave de este asunto, es que estas personas, al caer en la cuenta de que
están haciendo o diciendo una nacada (vulgaridad), se excusan diciendo: digo lo que todos están pensando, pero nadie se atreve
a expresar, ¡ay!, no estoy diciendo nada que no hayas oído antes, o todo el mundo la hace.
Si empezamos a decir y a hacer lo que nos plazca en el momento que queramos,
no sólo sería el fin de la educación y la etiqueta, sino que la sociedad se vería profundamente afectada.